sábado, 12 de octubre de 2013

Donde se detiene el tiempo

Donde se detiene el tiempo

Desde que empezó esta aventura de Casa Angrill hemos conocido a gente de diferentes países, edades, creencias y estatus económicos. A todos les unía una cosa: DESCONECTAR.

¿Pero que puede ser desconectar?

Pues quizás podría ser esto:

Un amanecer con el sonido de los pájaros cantando y los cencerros sonando mientras las vacas saborean los nuevos brotes de la mañana, señalando que empieza un nuevo día. Un desayuno de montaña esperando en la mesa en buena compañía. 




Un paseo por el bosque donde apreciar los olores de la naturaleza y otear a ciervos, corzos y todo tipo de animales que de otra manera solo podríamos ver en un zoo o en la televisión. Una comida hecha con mucho cariño con productos de nuestro huerto y de temporada. Una buena siesta en una habitación con paredes de piedra construida algún tiempo atrás y reformada con agrado hasta  el último detalle. 




Admirar los paisajes con panorámicas infinitas en una puesta de sol de ensueño. Una cena casera con tertulias distendidas e interminables, intentando arreglar el mundo que existe a las afueras de este paraje, junto a la chimenea. 




Una última vista al cielo donde ver de verdad que las estrellas existen, donde se ven tan claras que creemos poder tocarlas. Para terminar descansando en una casa humilde con más de 500 años de historia y las comodidades de los tiempos actuales.


 


Un descanso donde  la sensación es de haber aprovechado el día, rendido por haber disfrutado, deseoso de volver a empezar otra vez al día siguiente a escuchar el sonido de los pájaros, los cencerros de las vacas, el desayuno esperando en la mesa…




Leer esto quizás ha hecho por un momento que desconectarais. Pero a todos los que habéis estado aquí, con alguna excepción que siempre la hay, nos consta que habéis desconectado no leyendo e imaginando, si no leyendo y recordando. Aquí estamos, continuando con esta aventura para seguir intentando que se detenga el tiempo.